Eres uno de los escritores más mediáticos de Francia junto a Jonone 156, Honet, Mist y O’Clock. Empezaste como cualquier otro escritor…
Cuéntanos un poco tu historia. Tus principios.
Empecé a pintar graffiti en 1998, tras ver a unos writers de mi ciudad pintando. Un día salté una valla, en un sitio abandonado y lo vi todo pintado. Me pregunté: ¿quiénes eran? ¿qué era eso? y decidí que quería hacer lo mismo.
Empecé a pintar en los sótanos de mi barrio, en lugares escondidos porque lo que pintaba era malo y no quería que se viese en la ciudad. Necesitaba tiempo.
Seguí practicando hasta que conocí a los escritores que vi pintar y uno de ellos se convirtió en mi mentor. Me enseñó todo, los libros, las películas, fotos… Otro de ellos fue a Amsterdamy volvió cargado de fotos con piezas de Shoe, Delta… Eso me animó más.
Después decidí viajar a NYC. Eso fue el en 94. Allí conocí a muchos escritores, y descubrí que quería hacer graffiti para el resto de mis días. Ellos me trataron como si fuera uno de los suyos. Me mostraron todo, me llevaron a las cocheras y me contaron anécdotas de los viejos tiempos. Se portaron como padres conmigo. El graffiti no era sólo pintar con spray, era ser parte de algo más global. Quería ser bueno, y respetado como ellos lo eran, quería hacer del graffiti la historia de mi vida y después de 22 años aquí sigo.
¿No echas de menos pintar como antes en la calle, con el estilo clásico?
Desde luego. Si ves el trabajo que hago para galerías, exceptuando éste que he querido hacer algo religioso, normalmente mi trabajo desprende nostalgia, porque la siento. Cuando empecé a pintar en la calle no existía todo este embrollo del street art. Echo de menos la sana competición de esa época. Era pura. Era sencilla: tenías estilo, viajabas mucho, te dejabas ver por la ciudad y te respetaban. Hoy en día, los artistas salen de las escuelas de arte con un concepto no necesariamente fuerte, tienen una buena web, una buena página de facebook y en dos años se convierten en un buen street artist, pero no tienen raíces, no tienen pasado. Así es la competición en mi opinión en estos días, un poco enfermizo. No es puro.
Cada ciudad tiene sus nombres, la gente de la vieja escuela. Cada ciudad tiene sus reyes. Echo de menos esos días.
El throw-up es tu vínculo con el graffiti y tu marca de identidad, pero éste es uno de los pilares menos defendibles ante el público… ¿por qué lo has elegido? ¿cómo lo has conseguido?
Para ser honesto, ésta es una muy buena pregunta. Es bastante sencillo. Cuando pintaba graffiti clásico, wildstyle, grandes producciones, con su fondo, sus personajes etc.. eso era mi graffiti de día. El graffiti de hall of fame. Por la noche me dedicaba a hacer throw-ups. Cope 2 me enseñó a hacer de eso una marca personal. La misma cosa, muchas veces. Me encanta eso.
Un día me di cuenta de que mi graffiti diurno no me convencía. Me gustaba el ambiente y la foto final, pero el proceso intermedio desde el boceto hasta la foto me pesaba bastante y parecía demasiado un trabajo. Tener que hacerlo todo muy limpio, perfecto. A casi todo el mundo le gustaba esto, sin embargo para mí tenía más fuerza el graffiti nocturno. Así que al final decidí que los throw-ups iban a ser mi día a día y ese ha sido mi juego desde hace más de 15 años.
Mucha gente critica mi trabajo porque dice que es simple, unas pompas, pero para mi tiene fuerza, es más puro. Es mi identidad.
Recientemente hice la «Panic Room» la mitad con tags chorreantes, throw ups y la otra mitad limpia. Quería que toda esa gente que «ama el graffiti» el de gente como Aryz, Os Gemeos, El Mac… (que a mí también me gusta) pero luego se quejan de los tags en la calle, se enfrentara a algo así. A mí también me gusta el graffiti sucio, y cuando hice esa habitación le gusto a bastante gente. Así que después de la Panic Room, los tags pasaron a ser una pieza artística. Quizás esa gente cuando vea unos tags en una puerta por la calle, piensen en la habitación y vean un poco más de arte.
¿Vives de tu arte? ¿O haces algo más?
Antes hacia infografía, camisetas, enseñaba graffiti a niños en barrios deprimidos y decoraba locales. Ahora, tengo suerte porque puedo vivir de mis pinturas.
Compartías estudio con Dran. ¿De qué manera, si la hay, os habéis influido?
Compartía estudio con él. Hace mucho tiempo me dijo que una antigua pieza mía en Tolouse le influenció para empezar a pintar. Él estaba con Teen, un escritor de graffiti mayor que yo de mí ciudad y se fueron a ver una pieza que hice con un amigo. Cuando vio la pieza, tuvo la misma reacción que yo cuando vi graffiti por primera vez. Tenía color, y estaba en un lugar donde se suponía que no podía estar.
Pero ahí se queda la influencia, porque nuestros trabajos son muy distintos. El suyo es más cercano a la ilustración, a la crítica social, a la tira cómica de los periódicos, incluso cuando pinta en la calle. No estoy seguro de que nos hayamos influenciado más que eso.
Sobre el Bodypainting, ¿eras consciente de la polémica que iba a generar el libro y de cómo iba a cambiar tu imagen pública?
Rotundamente no. Cometí un error. Cuando hice el libro, cuando Publikat lo iba a lanzar, pregunté a mi agente alemán, Erick. Le dije si podía escribir algo para el libro, ya que el conocía el concepto desde el principio y el acepto. Pero escribió cosas completamente diferentes sobre Buda, Cartier-Bresson, Dalai Lama… no era del todo una explicación sobre lo que el libro era y su concepto.
Entonces no hubo explicación sobre el concepto del libro, por lo que mucha gente piensa que iba únicamente sobre chicas desnudas o burbujas sobre chicas desnudas, algunos incluso pensaron que me follé a esas chicas, horroroso.
La cosa fue así, yo solía estar con una chica que era mi compañera para pintar. Estuve 7 años con esta chica. Solía practicar la fotografía, viajar y pintar con ella. Un día me dejó, se fue con otro tío y a los tres meses ya estaba casada y embarazada. Fue un desastre. Entré en depresión y me fui a un monasterio a calmar mi mente. Así que después de esto llegué a la conclusión de que que tenía que cambiar las cosas. Tenía que combinar todo eso y llenar ese vacío. Así que decidí recorrer las calles y los bares preguntando a las chicas: «te gustaría pasar tres horas en una habitación de hotel con un desconocido?» Tres horas de libertad para ti. Si quieres volverte loca, desnudarte, jugar con un consolador, te fotografiaré. Pero si eres tímida, sólo déjame pintarte en las manos y en la barriga, no te preguntaré por más. La gente me preguntaba si me las follé o si eran mis novias ya que parecían muy cómodas en las fotos, eso era lo único que quería mostrar. Amor irreal. Sólo me acosté con dos de ellas. Una es todavía mi novia desde hace 7 años, Virginia, con quien comparto mi vida y la responsable de que volviera de vuelta a Tolouse desde NYC. La otra es mi gran amor de Aukland, y he invertido mucho tiempo con ella también.
Estas chicas que pueden ser tan libres como quieran, y que generan una falsa o verdadera intimidad con un extranjero, no me volverán a ver nunca más. Si querían actuar como prostitutas, ellas podían. Si querían ser tímidas también. Podían ser sexis de forma natural. Ninguna de ellas era modelo excepto una, y no fue premeditado.
Con esas fotos hice un pequeño libro con un amigo mío, sólo hicimos 100 copias. Publikat se interesaron en hacer una tirada mayor, 10000 copias. Esta es la historia.
Hice muchas exposiciones gracias a esto, pero la gente realmente no entiendo el motivo. Muchas feministas se posesionaron en contra del libro, decían que trataba a las chicas como objetos. Para mi el libro no era únicamente sobre bodypainting, en muchas fotografías ni siquiera se puede ver lo que llevan pintado en el cuerpo. Odio el bodypainting convencional. Creo que es muy degradante hacia las chicas, ya que usan el cuerpo como si fuera un lienzo.
En las fotos que hago ahora, aveces ya ni las pinto. Se trata de fotografía.
Algunas personas entienden esto y captan la idea sobre el concepto contemporáneo de ser una mujer o un hombre, en relación a los «15 minutos de fama» de los que hablaba Andy Warhol, ya sabes, «yo existo, quiero que me veas desnuda». Al igual que en el perfil de Facebook algunas chicas aparecen de forma sexy e insinuante. Por qué querrían aparecer de esta forma si no fuera porqué alguien las va a ver?
La gente que viene del arte vio esto en The Bubble book, y lo presentaron en varias exhibiciones. Enseñaron las fotos y por supuesto esa parte de mi, pero no toda. Dejé de hacer esto durante un tiempo porque quería mostrar que soy un artista de graffiti, un pintor, no sólo un fotógrafo de chicas desnudas.
Si hago otro libro lo explicaré todo mejor, la forma de encuentro, el proceso, todo. Así si la gente lo odia o le gusta o lo que sea, será a sabiendas de lo que hay.
Sabrán que el asunto será que las chicas correrán el riesgo de venir conmigo y yo correré el riesgo de pintar sus nombre ilegalmente por la ciudad. Algo sobre la confianza y confidencia.
Vemos que la fotografía es muy importante para ti. Cuéntanos por qué…
Todos los artistas de graffiti, aunque no sean fotógrafos, tienen que convertirse en tales ya que hay que sacar foto de todo lo que hacemos sabiendo que si no lo hacemos desaparecerá. Yo era el típico que hacía la foto de la pieza, hasta que empecé a viajar. En Tokio por ejemplo, hice una foto de mi pieza, pero me di cuenta de que en la foto no se reflejaba donde estaba hecha, así que cambié de posición, en la foto debería aparecer un taxi, o una señal en japonés para que representara la ciudad. Ese fue el comienzo.
Empece a abrir la fotografía para enseñar el lugar. Para mí la fotografía es pura magia, lo contrario del graffiti ya que es instantánea. Para una pieza tienes que preparar el boceto, en contar el lugar… es un proceso. La foto es un momento.
Con Mist solemos hacer una pieza en grupo con mucho escenario, en NYC, Manila, haciendo que el nombre no este en un muro, sino en la ciudad.
Antes, a los escritores de graffiti no les importaba el escenario. Ahora es diferente, la mitad de la foto es el emplazamiento. La gente lo sabe. Antes de que nosotros lo pensáramos.
¿Cómo sale Endless Obssesion y qué querías transmitir con él?
Propuse a mi amigo Big Addict de hacer un vídeo muy simple, la idea era puro graffiti. Se pinta hasta que no queda sitio, se limpia y se empieza de nuevo, una vez y otra. Ese es mi amor personal por los throw-ups. Hice mi primero (mi marca actual) en 1994 en New York y nunca imaginé que 15 o 17 años después seguiría haciendo lo mismo, con la misma pasión, por eso me gusta enseñar a la gente que puede ser una historia interminable. Hazlo. Por otro lado explica la estupidez del graffiti, ya que tu pintas en un sitio que sabes que luego borrarán. Pero todo el mundo quiere hacerlo.
Vienes a menudo a Barcelona… ¿qué te gusta de la ciudad?
Vengo muy a menudo a Barcelona ya que está muy cerca de Tolouse. Tengo a mi ex-novia aquí, Miss Van vive aquí. Me encanta. Todos los artistas de graffiti adoran esta ciudad. Uno puede hacerse una idea de lo jovial y enérgica que es una ciudad mediante el graffiti y el skateboard. Creo que es como Berlín.
Tienes una parte de la ciudad turística, limpia y pija pero también una desordenada y sucia. Tags, throw-ups, graffiti por todas partes. Nosotros no tenemos esto en Francia, ni en Tolouse ni en Paris.
Creo que esto forma parte de la forma de vida española. Mi abuela es de Valencia, fui a verla a ella y a mi tía durante las Fallas. Allí la gente hace una vida de calle aunque no sean jóvenes. España es como Sudamérica o Manila. Países donde la gente vive en la calle y son simpáticos con la gente extranjera. Puedes ver la diferencia, tienes que ser cuidadoso pero puedes hacer graffiti como algo normal.
Has viajado y viajas mucho sobretodo por Asia… ¿qué encuentras allí? ¿qué buscas?
Creo que Asia tiene una nueva visión sobre el graffiti, depende donde, pero me encanta la Asia sucia, como Filipinas, las ciudades pequeñas de China, Bangkok…. ahí tienen ese punto de vista tan puro. Aquí la gente ha aprendido como tienen que hacer una pieza de graffiti. La gente suele tener una opinión pero normalmente no es fruto de un sentimiento personal, es como un gusto educado. En lugares como Manila, es pura emoción, ellos no saben nada. Sólo se trata de hacer algo feo o bonito. Para mi esto es cien veces mejor que que esa pintada en un sitio donde la gente pinta solo por que está de moda. La gente de Manila cree que si tu pintas un muro, te gastas el dinero, por lo que se toman la pieza como si de un regalo se tratara.
Pinté un mural en Manila. En un lugar muy ghetto, puse un «Manila rocks my world» con un corazón grande, estilo tattoo. Todo el mundo vino, la gente me trajo comida, me hablaban y me ayudaban durante todo el día. Unos niños y niñas se pintaron mi nombre en sus manos. Todo el mundo era muy respetuoso y me daban mucho amor. Acabé la pieza por la noche así que fui a tirar foto al día siguiente. Toda la gente estaba allí para despedirse de mi. Estuve a punto de llorar.
Estas cosas sólo se pueden encontrar en lugares pequeños, donde no existe una educación sobre el graffiti.
¿Qué nos traes a la Mtn Shop & Gallery?
Estuve haciendo cosas diferentes pero cuando estuve en Valencia por Fallas, aún sin ser un hombre religioso, y aún con mi abuela que era española, venía de família pobre y odiaba la iglesia, estuve viendo las procesiones, las flores, las chicas y la liturgia… y le encontré la belleza. No tienes que creer en dios para poder apreciar la belleza de esto. Así pues, Nicola, mi agente, me propuso hacer una exposición aquí, por lo que decidí hacer algo especial. Podía ser divertido mostrar algo por lo que fui tocado. Quería hacer algo realmente contrastado, como blanco y negro, espiritual aunque fuera un consolador, grandes obras como en una iglesia. También quería hacer algo pequeño a lo que cualquier pueda permitirse, para que la gente normal como yo le sea accesible. Pequeñas pero originales piezas relacionadas con el color de las vidrieras. En las vidrieras la idea es que la luz pase a través, y que en la luz el color sea muy intenso, algo translúcido. La pintura acrílica que utilicé se llamaba Colorex y es lo mismo, colores translúcidos pero intensos, el rosa parece fluorescente. Así que un muro blanco con pequeños marcos blancas, dibujos saltones fluorescentes y en el otro lado muro negro con vidrieras, colores saltones translúcidos.
Hiciste lo mismo en Panic Room…
Soy un poco así… tengo una parte que trata de ordenarlo todo, un poco alemán, limpio y perfeccionista, y otra parte de mí odia eso. Odio ser así. Siempre estoy en medio de ambas cosas. Tengo 39 años y mi padre es igual, así que supongo que tengo que aceptarlo aunque no me guste.
Aparte del vidrio coloreado, qué otros materiales o técnicas te gustaría utilizar?
Me encanta la sensación que dan las vidrieras… es cristal pintado. Ahora mismo estoy trabajando, con mi amigo filipino, en hacer esculturas a partir de mis pinturas, hicimos el consolador, la manzana… Yo hacía mis letras y el las esculpía. Me encanta jugar con cosas en 3d, ya que he estado en una etapa muy figurativa como con Marilyn… directo al corazón. Me encanta conseguir un objeto hecho con letras.
También he estado trabajando con mi amigo Big Addict en vídeos. Para mí Endless Obssesion es una obra de arte. El concepto es más fuerte que la acción filmada
En ocasiones encuentras algo con lo que sientes que puedes combinar diferentes disciplinas y eso abre tu mente. Combinar mi trabajo y su técnica.
En toda tu obra hay un interés muy marcado por el sexo…
Creo que es una parte de mí, ya que tengo una historia muy especial relacionada con el sexo. Cuando yo tenia 14 años mi novia tenia 16 (ahora que soy mayor puedo contarlo). Creo que ella era un poco especial en cuanto al sexo. Y con especial me refiero a algo positivo. Fui el primero de mis amigos en practicar sexo, por lo que no podía contrastarlo con nadie… Pero bueno, ella estaba loca: vestía ropa de suegra para practicar el sexo conmigo, una vez lo hicimos mientras ella hablaba por teléfono con su padre o mientras su padre cortaba el césped me pedía que le lamiera la vagina… ya sabes, eso me afecto de alguna manera, ella fue mi mentora en el sexo y me introdujo de alguna manera en él. Sigo adorando ese aspecto. Ella me hizo una persona muy sexual. Me enseñó que no hay límites en el sexo. Sólo respeto. Es por eso que me encantan las chicas, adoro que muestren su feminidad. Creo que en otros países como Sudamérica, el sexo se parece más a lo que era en los 70.
Creo que hemos perdido algo de libertad…
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