Cada escritor tiene una forma diferente de asimilar su propio trabajo. Algunos muestran con orgullo sus piezas, otros más auto-críticos nunca parecen estar satisfechos con lo que hacen. Incluso también hay a quien le da igual el resultado estético de su graffiti. Pero todos sin excepción tienen piezas concretas por las que sienten especial cariño y predilección. Se trata de las piezas favoritas.
Vamos a poner en marcha una sección en la que un escritor concreto ha de mostrarnos las 3 piezas que más le gusten de entre todo su material publicado.
Una pieza puede ser considerada como favorita por su boceto, por sus colores, por el lugar donde se realizó o simplemente por la historia que tiene detrás y que la foto no pudo capturar. En cualquier caso es una buena forma de entender los gustos del writer en cuestión y también recordar que cada pieza de graffiti que vemos significa mucho más que unos cuantos colores aplicados a una superficie.
Hoy tenemos al clásico británico Dreph.
«Esta foto resume las cosas que me gustan cuando estoy en Barcelona… el cielo azul, la arena, el mar y la pintura en aerosol. Este es, probablemente, mi esquema de colores favorito hasta la fecha. Aprendí que no es buena idea ir a pintar a este lugar en verano, en pleno mediodía y sin agua.»
«Mientras pintaba esta pieza en Viena junto a Curtis nos dimos cuenta de había una joven pareja en el extremo opuesto del andén. Decidimos continuar pintando y terminar lo antes posible. Teniendo en cuenta que íbamos con la cara tapada, en la estación en medio de la noche, nos sorprendió mucho el momento en que la pareja se acercó a nosotros para ver lo que estábamos haciendo. Se quedaron con nosotros un buen rato hablando de lo que estábamos haciendo como si se tratara de una galería de exposiciones. No quiero ni pensar lo que les habría sucedido si la policía llega a aparecer. Más curioso aún fue que no consiguieron borrar nuestras piezas hasta un par de meses después.»
«Esta pieza en una la azotea fue pintada en Newcastle, una de mis ciudades favoritas en el norte de Inglaterra. Como de costumbre, nada estaba planeado, aunque todo parece haber salido como si estuviera preparado. En realidad sentí como que empecé a perderme en las letras. Un S.O.S se lanzó durante este viaje.»
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