El ayuntamiento de Granollers, localidad situada en la provincia de Barcelona, se ha lanzado con una serie de intervenciones públicas que pretenden llevarse a cabo dos o tres veces al año.
El proyecto arranca con esta acción mural en la fachada de un edificio al lado de la riera de Granollers, visible desde el lugar donde el mismo Aryz empezó a pintar. Un muro con el que Aryz siempre había fantaseado con pintar y que, por fin, ha podido decorar solicitando su permiso.
“Cuando realizas algo realista la gente lo ve de otro modo. La gente te mira y piensa distinto acerca de lo que estás haciendo por el hecho de estar en una grúa. Lo que no saben es que somos los mismos que realizan otro tipo de murales que ven habitualmente”.
La intervención ha durado dos semanas. Tiempo necesario para cubrir la fachada de un bloque de doce plantas, un total de cuarenta metros de alto.
En cuanto a la temática, según el propio Aryz declara “me dejaron total libertad. Un muro muy light, sin trascendencia negativa. Quise hacer algo sobrio, que tuviera la estética muralista”. La representación cuenta con un importante componente costumbrista clásico, pareciendo homenajear a la clase trabajadora por los elementos que aparecen: horca, hombre sin camiseta, mujer con vestido tradicional. “La pared está muy próxima a Canovelles, ciudad de trabajadores e inmigrantes, donde viven muchos parientes, familiares y personas cercanas a mi”.
Para decidir el título de la obra se realizó una convocatoria abierta al público, haciendo a la gente más partícipe aún de la obra y de su significado. «Príap y Deméter” fue el título escogido. Se trata de las divinidades griegas que representan a la fertilidad y la naturaleza, y a la agricultura y el trabajo, respectivamente. De esta forma, tanto a nivel práctico como simbólico, Aryz entrega una obra que no sólo se adecua a los gustos de la gente que convive con ella, sino que ha conseguido hacerla suya.
“Es increíble la de gente que viene y ha venido durante estos días. Al final se ha creado como una especie de ruta. Toda la ciudad está al corriente de lo que se ha estado haciendo y pasa por aquí antes y después del trabajo para ver cómo evoluciona”.
A su vez se realizó un taller para niños en los que los más pequeños hicieron su propia interpretación del muro dibujando en el espacio en blanco que dejaba su silueta. El broche final para un trabajo literalmente entregado a la gente.
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