Egowar sigue con su periodicidad envidiable. Siempre fieles a su estricto compromiso con el graffiti sobre metros, el magazine basado en Italia ha lanzado su número 11.
Esta vez nos traen, 23 sistemas diferentes a lo largo de sus 68 páginas, en las que se incluyen cuatro reportajes especiales.
El número empieza fuerte con tres piezones de los Mutants Derick, Dano y Dart, asiduos en el suburbano de Viena. A continuación, un paseo rápido por Estados Unidos, concretamente Philadelphia, NYC y Wahington, una vez más perpetrados por escritores europeos.
No podía faltar un breve repaso por la actividad en Atenas, antes de pasar al especial dedicado a los berlineses Damagers. Metros amarillos por doquier, entre otros sistemas, que vuelven a relucir más adelante con un puñado de páginas dedicadas al metro de la capital alemana, episodio que concluye una tremenda fotografía a doble pagina de Trus y Abis en una acción de wholecars.
Pero antes un repaso obligado a varios sistemas clásicos como Paris o Roma se mezclan entre los exóticos metros de San Juan, Kuala Lumpur y Calcuta. Este último intervenido por Evil, Luxus, Rumba y sus amigos presentado con unas fotografías exquisitas.
El especial de MOAS nos trae una selección de actuales piezas dedicadas exclusivamente al nombre del colectivo internacional, en los sistemas de los componentes mas activos. Destacan las frescas producciones en Estocolmo en alianza con el grupo SBR.
Más variedad de sistemas -entre los que llama la atención un piezón de Soten en Barcelona y otro de Chaos en Rotterdam- anteceden al reportaje ‘Northern Lights’. Se trata de 5 páginas dedicadas al fotógrafo Victor Bergstedt; un poco de imágenes de ambiente que nos ayudan a descansar un poco de tanta adrenalina en color.
Pero el fuego vuelve a avivarse en las ultimas páginas dedicadas a 6 sistemas más, entre los que destacan México DC, el obligado repaso a Milán, y 4 piezas inusualmente elaboradas en el metro de Oslo.
Este número 11 vuelve a demostrar que no siempre tenemos que elegir entre cantidad y calidad. Egowar sigue trayendo con constancia lo mejor del fuego suburbano, aquí y «en la China popular».
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