UNA MIRADA NOSTÁLGICA A LOS ANTIGUOS ANUNCIOS MTN

Desde que Montana Colors iniciara su aventura en 1994, la promoción en revistas especializadas ha sido uno de los medios publicitarios utilizados por la marca, vigente en la actualidad.

Esta forma de anuncios, a parte de ofrecer una visibilidad directa a un público especializado, sirve, sobre todo en la actualidad, como forma de apoyo a un tipo de publicaciones que en la mayoría de los casos se producen sin apenas ánimo de lucro.

El escaso margen de beneficio que ofrecen las revistas de graffiti, cuyo alcance internacional se ve maltrecho por las escasas unidades de venta, no sería posible de no ser por marcas que compran espacio en sus páginas. Una inversión que, a día de hoy y con la hegemonía del soporte digital, no parece tener una utilidad proporcional al gasto que supone, pero que responde a un compromiso con el trabajo desinteresado de los escritores y el fomento de la cultura del graffiti en su formato original.

Hemos querido ponernos nostálgicos recopilando algunos anuncios antiguos de Montana Colors, muchos de ellos interesantes por sus curiosas ideas o su carácter ameno.

• Uno de los anuncios de Montana Colors más míticos es sin duda el de ¿Quién es el vándalo? Una dura crítica política en plena crisis del Prestige, un desastre ecológico que se produjo en la costa gallega (España) en noviembre de 2002 y cuyo alcance se debió a la nefasta gestión del accidente por parte del gobierno español.

• Otro anuncio con importante componente político es el que muestra la frase «No a la Guerra». Se trata del lema de las manifestaciones que se produjeron en España en 2003 contra el apoyo que el gobierno español ofreció a la ocupación de Irak por parte de los Estados Unidos durante la presidencia de George W. Bush.

• El verano en la playa es algo muy propio de la ciudad de Barcelona. Eso y un carácter desenfadado es lo que sugiere uno de los anuncios mas curiosos de MTN. En él aparece el actual director de comercio internacional flirteando con una chica en la playa de Mongat, Barcelona. De la mochila asoman algunos Hardcore con la antigua tapa, una postal que nos recuerda que el graffiti es compatible con muchas otras aficiones.