Se suele abusar mucho de la palabra original, pero en el caso de la exposición de GR170 en Montana Gallery Barcelona el vocablo se ajusta a la perfección para definirla. Y por dos motivos. Su reconocible estilo de mil influencias y ninguna, se ha presentado en «Suburban Folk» por medio de diferentes formatos, algunos de ellos tan curiosos como las esculturas de cerámicas o las pintura sobre planchas de metal y trozos de madera. Tanto el estilo como los soportes de las obras nos devuelven al origen del sendero artístico de GR170: la felicidad estética de los colores en el extrarradio de barcelona, a medio camino entre las fábricas y el campo. Para rendir homenaje a la importancia que el graffiti tiene en la dimensión de GR170, un camión de madera sirvió de libro de visitas para los asistentes a una exitosa inauguración.
Cristina Buxó ha conseguido recoger con su cámara algunas de las emociones de una velada única, en la que se reunió gran parte de la escena del graffiti y el arte urbano Barcelonés de forma masiva pero familiar. Y el frío no fue el causante.
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