Regresamos a la sección «El Ritual del Boceto» con una invitada muy interesante; Zurik desde Colombia. En su caso la práctica del boceto vuelve a ser una actividad completa e independiente. Con sus palabras nos explica detalladamente el proceso y sentido de su trabajo sobre papel.
«Nunca podrás dibujar el sentido de algo a no ser que lo estés sintiendo en el momento de dibujarlo.«
Robert Henri
El boceto para mi se ha convertido en una obsesión un tanto igual a como lo es pintar.
Cuando hago bocetos nunca pienso en que será un paso más que tendrá como resultado un muro. Hago bocetos por el placer de hacerlo, porque el dibujo en el papel es un resultado en si mismo.
Siempre me es difícil concretar un tema o una idea, nunca tengo claro con qué empezaré o qué es lo que quiero dibujar. Mientras más vueltas le doy a eso, más me quedo divagando y es posible que ese dibujo nunca se lleve a cabo. En cambio, empiezo siempre estructurando unas letras, tratando de ser lo mas fiel posible a su estructura original. Esa es la parte que me es más tediosa, ya que es como seguir las reglas. Luego, viene lo que para mi es el placer y el disfrute de crear estos bocetos. Comienzo colocando lineas de diversos calibres alrededor de la forma, y me dejo llevar por algo de percepción en el espacio y sensibilidad, más que por la premisa de » as letras deberían verse y entenderse». Comienzo a colocar personajes u objetos en el espacio y luego todo va cobrando sentido, al menos para mi, que soy mi mayor fan y mi mayor detractora.
Realmente me es difícil concebir uno de estos bocetos en un muro, no fueron creados para ello, no los uso en mis piezas, ya que lo considero una violación a su existencia en si mismos.
Cada vez es un reto, una experiencia. Necesito de uno a dos días enteros, y más o menos unas 10 horas cada día para crear estos bocetos. Me tomo el tiempo y el espacio para disfrutarlos.
El tamaño casi siempre es de 1/4 de pliego, me gusta tener el espacio suficiente para ir plasmando lo que se me ocurra en el camino. El final siempre es gratificante y por ello trato de conservarlos física y digitalmente en el mejor estado posible.
Muchas veces no me conformo sólo con el dibujo, pienso que cualquier medio que esté en contacto con él puede enriquecerle, por ello algunas de las fotografías que tomo de los bocetos están pensadas para ser parte de ellos en si… colocar otro par de manos, jugar con la pantalla del celular, y «la foto dentro de la foto» es siempre un deleite.
Considero el dibujo como una extensión del pensamiento humano, no hay reglas, ni límites, sino que eres tú el creador de todo lo que allí existe.
¡Que se note que amo a esas hojas que antes solían ser blancas!
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