Tras pintar el vagón hotel de Ámsterdam, Kenor vuelve a embarcarse en un sonado proyecto de pintura sobre trenes con autorización.
El hecho de decorar una unidad de transporte sobre railes no es un caso aislado. Precedentes como el «Proyeto Wholetrain» o el Thalis que Jonone, Sozyone, Seak y Opak pintaron en París demuestran que la compatibilidad de graffiti y vagones también existe de forma legal. Pero el caso concreto de Kiev, con el encanto del antiguo diseño de la Metrowagonmash y el aura de leyenda que envuelve cualquier sistema de la antigua Unión Sovietica, hace que esta acción sea particularmente especial… para Kenor y también para nosotros.
Es una contradicción que esté perseguido pintar trenes y luego te pidan que los pintes artísticamente. Yo mismo tengo también esa contradicción conmigo mismo.
«Antes de pintar nos hicimos un end to end a piezas, por aquello de tener la foto de una pieza de tren con el modelo. Yo me hice seis piezas y mi ayudante cuatro. Tuvimos algunos problemas por que no todo el mundo que vigilaba el hangar estaba avisado de que íbamos a pintar. Es un sitio delicado por que es un objetivo militar, y está vigilado por el ejército.
Las estaciones son de estilo neoclásico con mucha pomposidad, es una locura. En la ciudad se ve mucho graffiti, sobretodo platas. Pero no se ve graffiti en los metros, ni siquiera tags.
En total eran cinco vagones por los dos lados. Tardé diez días en pintarlos. Querían que también pintara los techos, pero no me daba tiempo en los días que tenía programado estar en Kiev.
La primera cara la pinté metido dentro del hangar y no podía apreciar el conjunto entero, así que pinté cada vagón con una composición independiente. En la segunda cara tenía más espacio y realicé una composición general. Traté de respetar el color azul y la banda amarilla, ya que es el diseño que identifica a ese metro.
El tren circulará pintado 10 años, esperemos que la pintura aguante la limpieza constante de los convoy’s.
Es una contradicción que esté perseguido pintar trenes y luego te pidan que los pintes artísticamente. Yo mismo tengo también esa contradicción conmigo mismo. Cuando he pintado trenes tienes que estar escondido, y luego, en casos como este, a todo el mundo le gusta lo que haces. Haciendo un trabajo como este, está claro que pierde la gracia, pero hay que valorarlo de otra manera. Además mientras estaba pintando estos vagones no me fiaba de nadie y me lo tome como una misión… iba vigilando el morro…»
2 Danos tu opinión
Añadir un comentario