Después de 7 años, el emblemático mural de Sixe en Badalona, el mismo que daba la bienvenida y despedía a los usuarios de la C-31, ha sido substituido, nada más y nada menos, que por un anuncio. Señoras y señores, el arte, en su máxima representación del vínculo entre la inquietud creativa urbana y el beneficio social, sucumbe una vez más al poder del dinero inmediato.
Arcadi Poch, responsable del proyecto Identitat(s), que llevó a Sixe Paredes a transformar una enorme y aséptica fachada en el hogar de «el dimoni«, ha manifestado su indignación ante tal hecho mediante el sincero artículo que mostramos a continuación y que merece la pena compartir.
«Todo un DESPROPÓSITO en mayúsculas, una vez más la incesante victoria de la publicidad en todas las esferas de la vida cotidiana nos deja este ejemplo tan gráfico del pésimo diagnóstico de la salud mental de nuestra sociedad.
El mural que realizó Sixe Sergio Paredes para el proyecto Identitat(s) que diseñamos y producimos en Badalona en el 2010, hace ya siete años ha sido eliminado indiscriminadamente. El proyecto, para el que no lo sepa, se realizó bajo un marco de comisariado con vocación de cohesión social, en el que se realizaron distintas intervenciones con dos pilares principales que nos hablaban de dos de las grandes cosas que definen a una ciudad, su gente y sus iconos: Por un lado Jorge Rodriguez-Gerada realizó un tributo a las personas que habitan y conforman el concepto de ciudad con el proyecto «La Cara de Badalona», por el otro, Sixe Paredes, natural de la ciudad, realizó un mural dedicado al gran icono cultural, el Dimoni, sacándolo del centro de la ciudad para llevarlo a los barrios en un ejercicio para potenciar el sentimiento de pertenencia y ahora nos venden otro producto.
Desde mi punto de vista hay muchos responsables detrás de ésto. Por un lado tenemos a unos propietarios que han visto una oportunidad para obtener beneficios de su pared post-mural, no pre-mural. Un beneficio que les beneficia únicamente a ellos, es decir, para sacar 4 duros han sacrificado una cosa que le pertenecía a toda la ciudad. Por otro lado tenemos a los anunciantes y a las empresas de medios cuyos escrúpulos son nulos ante la posibilidad de invadir nuestro paisaje para vender más productos por encima de lo que haga falta. Y para acabar tenemos a las autoridades competentes que permiten que estas cosas ocurran constantemente, imagino que también sacan buen rédito de ello puesto que para eliminar el mural alguien de la administración tuvo que firmar, poner sello, o lo que sea, a un proyecto que se presentó con imágenes del estado actual de la superficie y la planificación de cambio prevista.
En cualquier caso este es un mensaje para todas las administraciones que deciden estas cuestiones al margen de la voluntad ciudadana, los únicos que pueden cambiar ésto:
BASTA YA DE PERMITIR QUE LA PUBLICIDAD INVADA NUESTRO PAISAJE,
BASTA YA DE PERMITIR QUE LA SOCIEDAD, LA CIUDAD, SE CONVIERTA EN UN CATÁLOGO DE PRODUCTOS E IDEAS POLÍTICAS QUE BENEFICIAN A LOS MISMOS DE SIEMPRE.
BASTA DE PUBLICIDAD EXTERIOR, EL QUE QUIERA VER PUBLI QUE PONGA LA TELE, HAY MIL MANERAS DE PUBLICITARSE.
BASTA DE TOMARNOS POR BORREGOS DE UNA FORMA TAN SALVAJE Y DESCARADA.
BASTA DE PONER TRABAS A QUE EL ARTE OCURRA Y POR OTRO LADO PERMITIR QUE ESTAS AGRESIONES VISUALES, A VECES DE MÁS DE 1000M2, INTENTEN SUGESTIONAR NUESTRAS VIDAS PARA QUE CONSUMAMOS TODAVÍA MÁS.
He aquí el diagnóstico, más gráfico imposible.
Adéu Dimoni,
Hola Jardineria Tot-Verd!! (o tot-marró?)»
(Adiós Dimoni,
Hola Jardineria Todo-Verde!! [o todo-marrón?])»
Arcadi Poch.
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