Ya hablamos de ello, cuando el proyecto se presentó hace ya dos años, e incluso en la revista Tramontana encontramos un reportaje relacionado. Se trata de “Subterráneos”, el proyecto editorial fraguado por Enrique Escandell durante los últimos años y que, finalmente, ve la luz hoy mismo.
“Subterráneos” forma parte de una corriente fotográfica que se ha construido paralelamente a la historia del grafiti por toda una tradición de artífices -que van desde Martha Cooper hasta Edward Nightingale pasando por Alex Fakso o Nils Müller. Por eso, el proyecto intenta dar un paso más en este terreno, desmarcándose del clásico libro de fotografía documental de graffiti. Para ello propone un afilado punto de vista en el que participa también el trabajo de investigación y la conceptualización artística. Además, el libro cuenta también con textos de Javier Abarca y Alberto Feás.
«En cada capital de Europa hay un pequeño grupo de individuos que dedican su tiempo libre a un objetivo muy concreto, lúdico y ritual: dejar su firma en los vagones de metro. Es una subcomunidad dentro del graffiti especialmente cerrada e inaccesible. Su objetivo no son los muros de la ciudad, ni siquiera los trenes de largo recorrido como en otras comunidades, su objetivo es el más remoto e impenetrable. El metro es una cripta urbana a la que muy pocos pueden acceder.
Es el retrato del proceso común en torno al cual orbita una sociedad subterránea donde la identidad se construye a través de lo escrito en un vagón, donde la pieza final es una excusa para vivir en una especie de videojuego.
La narración consta principalmente de dos puntos de vista, enfrentados el uno al otro como los adversarios necesarios de este juego. Por un lado, la acción de infiltrarse en el metro para pintar, de la que soy testigo con mi cámara, y por el otro, las fotografías realizadas o usadas por la policía que pertenecen a diversos juicios e investigaciones en contra de los escritores de graffiti. Fotografías de seguimientos, investigaciones en redes sociales, detenidos, bodegones de material incautado, frames de las cámaras de seguridad…
Dos formas de representación que se complementan y enfrentan para dar una visión completa del fenómeno.»
Esta obra está por fin disponible al público, de momento, a través de Dalpine y Velvet Liga.
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