Abstracción y realismo. Esos son los dos estilos en los que trabaja el artista toledano Wesl. Iniciado en el mundo del graffiti en 1991, sus estudios sobre dibujo y tatuaje le abalan como un artista académicamente cualificado.
Su particular lenguaje estético se caracteriza por un uso casi acrobático del color, con sinuosas formas onduladas en las que se mezclan efectos de volumen y transparencias. Un estilo casi hipnótico que también invade puntualmente otra vertiente estilística. Pero tanto en sus obras abstractas como en sus trabajos más naturalistas vemos un sutil punto de unión, y es el esmero con el que trata los difuminados. El uso generoso del máximo de tonos posibles en los degradados de color confiere a sus obras una suavidad única. Quizás es por eso que, según constata su Instagram, su herramienta preferida es el MTN 94, con su abanico de 216 inacabables colores mate.
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