“The Rail God”, si alguien recibe esta denominación será, con toda probabilidad, por que se trata de un escritor especialmente prolífico en el graffiti ferroviario. Así, es, ya que estamos hablando de Ichabod, una celebridad norteamericana de los trenes de mercancías que cuenta con un historial de más de 5000 piezas a sus espaldas. Muchas de ellas se encuentran todavía en perenne circulación por los kilómetros y kilómetros de vías que cubren los bastos territorios entre México y Canadá.
Su reciente visita a Europa nos ha servido, a nosotros para conocer un poco más su figura, y a él mismo para reflexionar sobre la modalidad de graffiti en la que es experto, y las diferencias que existen entre su aplicación en los dos continentes.
«Mi firma es Ichabod, desde Nueva Inglaterra, Estados Unidos. Represento los grupos YME, Circle T, BMC, SFL, TDA y Vinny me metió recientemente en 3YB, uno de los grupos de graffiti más antiguos de la historia, un gran honor. Empecé a pintar en 1997.
Después de probar unos cuantos nombres, me quedé con Ich, más que nada como broma, ya que significa “yo” en alemán, pero en inglés es un tipo de enfermedad que padecen algunos peces de acuario. Uno de mis amigos estaba probando handstyles con mi nombre y dijo “Tu nombre es una mierda, hermano, no me sale nada guapo con estas letras”. Intentó añadir extensiones – Ichster, Ich One, hasta que por fin puso Ichabod, entonces dije “ooh, ese me gusta”. Así que se quedó Ichabod, y lo utilizo para tags y sitios en los que me quiero explayar, y solo Ich o Ich y una calavera para las aplicaciones más breves.
«No me malinterpretéis, hacerse trenes de pasajeros y metros merece más respeto que los mercancías dentro de los verdaderos practicantes del graffiti.»
Ahora que he tenido la oportunidad de pintar mercancías europeos he entendido por qué aquí no se les da mucha importancia. Existen muchas diferencias entre los trenes de mercancías europeos y los americanos. Los mercancía norteamericanos son más grandes y suelen tener mejores superficies para pintar. Circulan mucho más lejos, por todo Estados Unidos, Canadá y México, normalmente muy rápido – de costa a costa en días. También circulan por mucho tiempo, lo que apoya la idea original del graffiti sobre trenes – que la gente los vea circulando. Un aspecto que se perdió en la escena de trenes de pasajeros desde que empezaron a borrar concienzudamente.
No me malinterpretéis, hacerse trenes de pasajeros y metros merece más respeto que los mercancía dentro de los verdaderos practicantes del graffiti, tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo. Pero en los “Estates” el tema de los mercancías es más grande, cuenta con su propia subcultura de adeptos y, ante todo, está respetado como una parte legítima de la escena.
«Creo que si los escritores de fuera de Estados Unidos vienen a visitarnos y conocen la escena, empezarán a entender lo que tenemos.»
Las características que se dan en Europa favorecen la escena de graffiti sobre trenes de pasajeros. Tal y como un escritor europeo me señaló, la limpieza de los graffitis en los trenes fue una condición que estaba presente desde el principio, por lo tanto la premisa de pintar para que los graffitis duraran en circulación el máximo tiempo posible, nunca se tuvo en consideración. En Europa los mercancías son mas pequeños, más incómodos y tampoco viajan tan lejos. Y el perfil del continente, con tantos pequeños países pegados, ofrece una gran variedad de trenes de pasajeros para pintar. Por último, en Europa puedes tener piezas circulando sobre ellos, aunque no sea por mucho tiempo, mientras que la limpieza en Estados Unidos es bastante implacable, aunque recientemente ha habido un pequeño resurgimiento en Nueva York. Si se suman todos estos factores, se puede ver por qué los europeos consideran que los mercancías están a medio camino entre lo toy y la indiferencia. Pero creo que si los escritores de fuera de Estados Unidos vienen a visitarnos y conocen la escena, empezarán a entender lo que tenemos, incluso si sus objetivos siguen siendo el metro y los trenes de cercanías.
«En Europa la gente se ocupa de sus propios asuntos, y tal vez entiendan que pintar fuera de las leyes no es tan importante desde el punto de vista criminal.»
La mayor diferencia que veo entre los Estados y Europa es la tolerancia cultural, especialmente para el bombardeo callejero. En los Estados Unidos no se puede permitir que los ciudadanos comunes te vean pintando ilegalmente – un gran porcentaje llamará a la policía o incluso te confrontará físicamente. Muchos estadounidenses quieren ser héroes. En Europa, la gente se ocupa de sus propios asuntos, y tal vez entiendan que pintar fuera de las leyes no es tan importante desde el punto de vista criminal. La forma en que las autoridades estadounidenses responden a cualquier crimen, grande o pequeño, es tomar medidas enérgicas, imponer multas más grandes, sentencias más largas y militarizar la fuerza policial. Esto se puede ver en la guerra contra las drogas, esta necesidad insensata de escalar la violencia, de «ganar», aunque eso no sea posible.
Me costó mucho pintar en la calle en Europa, ya que no podía acostumbrarme por completo a la idea de que puedo pintar delante de la gente. Difícil dejar de lado esos hábitos americanos, introducidos por una sociedad más opresiva. Quizás sea una buena idea vivir aquí.»
ICHABOD YME BMC
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