Nueva Zelanda es uno de sus lugares en la tierra que parece salir de un cuento. Jason Woodside, lo sabe, porque cambió Nueva York por la exuberancia natural de la Oceanía.
Quizás eso se refleja en lo que pinta, en esa abstracción llena de texturas y colores. O quizás no, pero lo que sí sabemos es que el cambio de ambiente le permitió explorar y crecer como artista y como persona.
Desde MTN nos hemos acercado a su figura a través de un video en el que nos cuenta su proceso creativo, y como le ha llevado a pintar, entre otras cosas, tablas de surf con nuestros MTN Water Based. El video nos llega desde nuestra filial en Australia. Nosotros hemos aprovechado para hacerle unas preguntas extras al artista para conocerle en mayor profundidad.
¿Qué supuso para un artista como tú, trasladarse de Estados Unidos a Nueva Zelanda?
En EE.UU. estaba muy confinado en ese espacio mental que es vivir en Nueva York. Es increíble y me encanta, pero después de unos 20 años más o menos empiezas a sentir que te estás perdiendo otros aspectos de la vida… y como en cualquier otra cosa, es bueno desafiarse a uno mismo de formas diferentes. Me gusta sumergirme en la naturaleza, y eso era algo que realmente anhelaba hacer. Viviendo en un lugar como Nueva Zelanda tengo mucho más espacio, así como la posibilidad de rodearme de esos elementos de la naturaleza. Teniendo en cuenta ese traslado, creo que ha ayudado a que mi trabajo evolucione de muchas maneras diferentes.
«Creo que hay una base en mi trabajo que desempeña un papel importante en mi producción: contar historias y explorar aspectos de la luz, el color y el movimiento.»
¿Cómo has llegado a desarrollar tu estilo?
Empecé a dibujar y pintar muy joven. Creo que hay una base en mi trabajo que desempeña un papel importante en mi producción: contar historias y explorar aspectos de la luz, el color y el movimiento. Esto viene de mi deseo de ser director de fotografía cuando era joven… Cuando tenía 17 años, me mudé a Nueva York para estudiar en la SVA (School of Visual Development), con la esperanza de dedicarme al cine. Una vez allí comprendí que se necesita un equipo para hacer una película. Así que empecé a buscar algo que fuera mucho más autosuficiente y que pudiera realizar yo mismo. El lado callejero de lo que hago fue una progresión natural que vino a través de amistades y otros skaters de ideas afines. Salíamos a patinar por la noche cargados con pintura y carteles. La ciudad estaba vacía y …
Desde tu punto de vista, ¿qué te diferencia de otros artistas de tu mismo movimiento/entorno?
Creo que es algo genuino que ofrezco… obviamente hay muchas tendencias, y yo casi nunca estoy al día de nada de lo que pasa en el mundo del arte. Me interesa mucho avanzar en mi propio proceso, a mi propio ritmo, porque es lo que me gusta hacer. Si a la gente le gusta, bien… En cualquier caso, este tren sigue en marcha.
Parece que la música es muy importante para ti. ¿Cuáles son tus referencias musicales?
Por ejemplo, cuando pinto paredes, escucho mucha música punk rock de los años 70, 80 y 90, ya que me ayuda a seguir adelante y me provoca cierta nostalgia. Cuando estoy en el estudio, me gusta relajarme y desconectar de cualquier presión, e intento concentrarme al máximo, y esta lista de reproducción puede ser desde jazz hasta música de ascensor, cuanto más ambiental, mejor.
Por último, un gran “what if”. Si no estuvieras haciendo lo que haces, ¿qué harías con tu vida, cómo canalizarías tu creatividad?
Hombre, probablemente volvería a hacer algo en el mundo del cine. Cinematografía, o incluso sería guionista.
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