El post del mes pasado nos ha dado que pensar. La situación del escritor Clerc es única, pero han habido condenas y sentencias asociadas al graffiti que nos parecen desproporcionadas.
Y eso sin meternos en las consecuencias.
¿Pero qué países tienen las leyes más severas? ¿Cuáles son las penas: dinero, prisión, castigo físico? ¿Cuáles han sido los casos más sonados? Descúbrelo con nosotros, e infórmate de qué se cuece en cada país antes de visitarlo.
Año a año, las leyes anti-graffiti se van endureciendo en el mundo para intentar frenarlo. Entendemos que si vas a pintar graffiti sabes a lo que te arriesgas. Aún así, hay sentencias y castigos que no dejan de sorprendernos.
Por ejemplo, la inclusión del castigo físico, como medida disciplinaria y /o pena es una de ellas. Descubre con nosotros en este resumen como está el tema.
Singapur
Singapur es conocido por sus duras leyes contra el graffiti. Según la Ley del año 1966, las sanciones pueden incluir:
- Multas de hasta 2,000 SGD, unos 1400€/ 1500$.
- Azotes con vara (caneing), un máximo de 8 azotes.
- Cárcel, hasta 3 años.
Eso se aplica tanto a locales, como a extranjeros. El caso más famoso ocurrió en 2010. Oliver Fricker, un ciudadano suizo, fue arrestado en Singapur por pintar un vagón del metro junto a otro escritor de origen británico que consiguió escapar. Fricker fue condenado a cinco meses de prisión y tres golpes con vara (caneing). También tuvo que pagar una multa. El inglés tiene aún pendiente una orden de búsqueda y captura.
Malasia
Con una política similar a la de Singapur, con castigos severos para quienes cometen actos de vandalismo (incluido el graffiti) la ley permite la imposición de:
- Azotes con vara.
- Altas multas y penas de prisión.
Malasia es un país federal, eso significa que ciertas leyes pueden variar de un estado a otro.
El caso más sonado, en 2012, dos escritores suizos, pintaron el KMT de Kuala Lumpur. Les pillaron, pagaron multa y les cayó prisión, aunque no sabemos si les extraditaron.
Emiratos Árabes Unidos
Esta nación del Golfo Pérsico tiene 0 tolerancia con el graffiti. Es un país que se enorgullece de su limpieza, pintar es ilegal (en principio) y las sanciones oscilan entre:
- Multas muy altas, prisión y deportación en el caso de extranjeros.
El caso más famoso ocurrió en 2015. Dos ciudadanos suizos, André Gauthier y Yves Leresche fueron arrestados por pintar los vagones del metro de Dubái. Fueron condenados a tres meses de prisión y a pagar multas elevadas. Además, las autoridades confiscaron sus pasaportes y los mantuvieron detenidos mientras pagaban los costos de reparación.
Estados Unidos
En Estados Unidos, la severidad de las leyes anti-graffiti varía según el estado y la ciudad. Algunas, como Los Ángeles y Nueva York, tienen regulaciones muy estrictas.
- Altas multas (en algunos casos, pueden superar los $10,000 dependiendo del daño) y penas de cárcel que pueden ser desde varios días hasta años.
Uno de los casos más sonado ocurrió en Los Ángeles. Un joven llamado Jaime Marquez fue arrestado en 2010 y fue condenado a 6 años de prisión y obligado a pagar $10,000 USD por daños.
Australia
En Australia, las leyes contra el graffiti son severas, especialmente en ciudades como Sídney y Melbourne:
- Multas que pueden alcanzar los $5,500 AUD (dólares australianos) y hasta dos años de cárcel.
En 2017, un joven fue condenado a 3 meses de prisión por pintar un tren en Melbourne. Si eres extranjero: te deportan y para volver tienen que pasar entre 3 y 10 años.
Reino Unido
En el Reino Unido, tampoco juegan. Las sanciones incluyen:
- Multas que pueden llegar hasta £5,000 en casos graves, y cárcel de hasta 10 años si eres reincidente.
En 2008, en Londres, cinco escritores de la DDS Crew fueron arrestados por pintar en trenes y estaciones. Darren Austin, fue condenado a 2 años de prisión.
Brasil
En Brasil, las leyes anti-graffiti se endurecieron con el tiempo debido al impacto visual en las grandes ciudades.
- Para el pichação, las sanciones incluyen multas y penas de cárcel de hasta 1 año.
Japón
En Japón, aunque el graffiti es menos común que en otros países, las leyes contra el vandalismo son estrictas:
- Multas altas y penas de cárcel de hasta 5 años y deportación para los extranjeros.
En general, Japón tiene una fuerte cultura de respeto por los espacios públicos, lo que hace que el graffiti sea muy mal visto socialmente.
Caso famoso: KONQR y cía., a los que pillaron pintando calle, y pasaron varias semanas en la cárcel.
Sudáfrica
Los trenes sudafricanos y su infraestructura han sido atacados en los últimos 10 años, a través de la corrupción y el robo.
Desde 2019 la ley protege todas las infraestructuras de la quema de trenes, robo de cables, etc. La pena mínima es de 5 años y la máxima de 10, por cualquier daño a la infraestructura. Eso incluye el graffiti. La compañía ferroviaria ha perdido el 70% de su infraestructura en los últimos 6 años debido a incendios y robos.
Para pintar muros necesitas el permiso del gobierno y si te pillan sin él, las multas empiezan siendo muy bajas, pero a la 3ª te pueden caer 6 meses de cárcel.
China
También se toma en serio allí este tema. El gigante asiático tiene a sus trenes muy mimados, por eso si te pillan:
- Multas muy elevadas.
- Prisión de larga estancia.
Casos famosos: En 2013, un grupo de escritores europeos irrumpió en los cochera del Metro de Beijing y pintó varios vagones. Los escritores consiguieron salir del país, y causaron un revuelo considerable.
En 2014, un par de extranjeros pintaron el Metro de Shanghái y también consiguieron escapar. Esto generó una gran indignación pública y fue visto como un insulto a la modernidad y el orden del sistema de transporte chino.
Rusia
En este país no se andan con tonterías.
- Multas.
- Detención administrativa: Entre 10 y 15 días por infracciones menores.
- Trabajo comunitario obligatorio.
- Prisión: De uno a cinco años dependiendo del alcance del daño, con sanciones más severas si el vandalismo se considera en grupo o si afecta gravemente el servicio ferroviario o la seguridad pública.
Casos famosos: En 2015, una crew rusa accedió a las instalaciones del Metro de San Petersburgo y pintó varios vagones del tren. Lo curioso de este caso es que los escritores subieron fotos y videos en redes sociales, lo que aumentó la atención pública. Fueron detenidos y acabaron en prisión.
En mayo de 2018, unos escritores alemanes se hicieron un wholetrain en el Metro de Moscú, y consiguieron escapar del país.
¿Qué pasa en otros lugares?
En España, con la reforma del Código Penal de 2015, el graffiti dejó de ser delito así que en principio no hay cárcel. Las multas pueden ser altas. Destacamos el caso de un escritor al que le cayeron 60.000 euros por pintar el FEVE.
Dato curioso: en la calle se rumorea que un escritor fue condenado a internarse en Proyecto Hombre, al considerarse su caso como una adicción al graffiti… ¿será verdad?
También existen otros problemas relacionados con el graffiti y las autoridades. Hay países donde no entienden la cultura del graffiti como por ejemplo,
Turquía, donde los escritores se exponen a palizas y deportación.
- En los países del norte de la Unión Europea, la policía, al cogerte, puede robarte todo lo que tengas (más allá de lo que te pueda pasar después).
- Fuera de la Unión Europea, en los países del norte, te encierran desde unos días a un mes, y te prohiben la entrada al país para futuras ocasiones.
- En Sudamérica, hemos llegado a oír que en algunos países, los escritores prefieren la muerte a entrar en prisión.
Otro posible problema al pintar graffiti… sobre todo en trenes, radica en que confundan a los escritores con terroristas. Un escritor del que no diremos el nombre, nos cuenta lo que le pasó en Sofia, Bulgaria.
“Nos cogieron y no sabemos cómo. Hicimos todo para pintar sin problemas, pero nos sorprendieron y por poco nos atropellan. Iban uniformados, y solo hablaban en búlgaro, excepto alguna palabra en inglés. No se podían creer que íbamos a pintar, aunque llevábamos pintura, y les enseñamos lo que llevábamos en la cámara.
Eso sólo sirvió para que se reforzase su idea de qué éramos terroristas. Nos retuvieron en la comisaría, una de las más sucias que he visto nunca. Todo tenía un aspecto de posguerra, descuidado y viejo. Investigaron como llegamos, como nos movimos hasta allí y la verdad es que la cosa tenía muy mala pinta. Al final por suerte, se dieron cuenta de que éramos solo escritores de graffiti y contra todo pronóstico, nos dejaron ir. No se podían creer que fuésemos tan gilipollas como para viajar sólo para pintar trenes. “
Pintar es una actividad de riesgo. En el mundo hay 195 estados, nosotros hemos hecho un resumen. Cada uno es responsable de sus actos, así que infórmate y protégete.
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